Es largo de contar por eso sólo diré, que hubo un tiempo que diríamos fue entre agosto y los primeros días de este mes, en que me sentí mejor que nunca, sobre todo en setiembre y octubre, y por qué se dio esto? Como siempre, por ese hombre que me llenó mi vida de lágrimas y unas pocas alegrías a lo largo de toda mi vida, Juan Carlos.
Hemos vivido un idilio de mails, mensajes de texto y telefónico impensable para mí por lo menos a esta altura de mi vida, pero todo pasó de un día para otro y de la linda amistad que teníamos y que veníamos sosteniendo hace ya tantos años, todo mutó en discusión y luego silencio absoluto de ambas partes.
Yo, con mi eterna sensibilidad a flor de piel, que por nada se transforma en depresión, me encuentro ahora navegando en un mar de soledad y hastío, expresándome solamente a través de este medio y no saliendo nunca de mi casa porque me provoca pavor.
Lo que más hago es escribir en mis blogs, entrar un poco al facebook y luego dormir.
No, no he renacido, he involucionado al vientre materno, que, otro de mis males, vaya a saber quién fue!
En definitiva, no cambiaré el nombre al blog porque lo seguiré intentando, no puedo irme por propia voluntad, tengo mucho temor a no encontrarme con mi hija y en ese sentido mi fe es muy fuerte. Por lo tanto, continúo esta vida que no me queda otro remedio que vivir.
