
Y cada día estoy mejor. Mañana hace una semana que tomo el nuevo antidepresivo, apenas media dosis pero lo acompaño con oraciones de agradecimiento todas las noches y siento que cada día voy renaciendo más. Los cambios no son abruptos, no es que de golpe me siento mejor y ya, no, pero se van notando en mis actitudes. Primero ya no lloro desconsolada, en realidad no lloro y lo venía haciendo todos los días y la última vez fue algo que no podía parar con nada. En cambio ahora puedo reir! Sí! Río y bastante con mi hija, ella está feliz de verme mejor y me hace bromas y chistes que me hacen reir más. Además, ya tengo ganas de hacer algunas cosas, no todo lo que debería pero tengo que tener en cuenta que hace apenas una semana que empecé el tratamiento, el médico de dijo que en dos semanas más o menos me aumentará la dosis y si mi corazón aguanta estaré realmente mucho mejor.
Realmente creo que ya he renacido, porque lo que estaba viviendo era la muerte en vida y casi, casi pasé el umbral, gracias a la Virgen es que no sucedió. Madre mía cuánto me ayudaste! Debo seguir todavía uin tiempo en este mundo, mi hija menor me necesita todavía, la mayor puede esperarme toda la eternidad y yo sé que un día nos reuniremos en ese abrazo que tanto sueño desde hace quince años.
Pero lo de hoy, la buena noticia, es que estoy mucho mejor. Me hace bien poder contarlo y verlo aquí escrito, aunque nadie lo lea, pero para mí es como reafirmarlo y eso es muy bueno.