
Ya llegó la ayuda, fue medicinal y trascendente. El médico me oyó la voz por teléfono y enseguida me recetó un nuevo antidepresivo, estoy probándolo, a ver si este no se contraindica con los medicamentos cardíacos. Por ahora llevo tres noches y voy mejorando.
Además, la última noche antes de comprar el medicamento nuevo, no daba más, la angustia me consumía y el llanto no cesaba, hasta que comencé a rezar un rosario y lentamente me fui calmando hasta alcanzar la paz que me permitió dormir tranquila toda la noche. Jesús y María están siempre que los llamo, sólo que yo los llamó al final. Pero decidí ser más constante en mis oraciones y sé que voy a estar mejor, estoy renaciendo.
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