
Dios! cómo se nota que dejé esa maldita medicación! Hoy ví todo negro otra vez, hasta soñé mal. Además dormí muchísimo, pero en realidad de eso soy conciente que fue a manera de escape. No querer ver la realidad, no querer enfrentarla, esperar a que desaparezca o a que por un acto de magia se transforme de lo que es en lo que yo quiero que sea.
No sé cómo voy a hacer para salir de este estado sin medicación y cómo voy a hacer para ir solucionando de a poco todos los problemas que tengo pendientes, problemas que sólo yo tengo que solucionar, terminar, enmendar, y que en este estado no puedo ni siquiera pensar en hacerlo.
Qué fea enfermedad es la depresión, uno ve toda la gente haciendo sus cosas, solucionando sus problemas, realizando sus tareas e incluso programando sus paseos, sus salidas de placer, en fin, viviendo la vida, disfrutándola, no perdiéndomela como lo hago yo, que la veo pasar todos los días por la ventana y me siento absolutamente fuera de ella. Es como vivir en el limbo, un espacio intermedio, una dimensión intermedia entre la vida y la muerte. Así me siento yo ahora.
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