martes, 2 de agosto de 2011
Fénix
Recuerdo al leer el título de este blog, que yo tenía hace tiempo un compañero que me llamaba fénix, por el ave fénix, aquel que según la mitología moría quemado y renacía siempre de entre sus propias cenizas.
Es que en aquellos tiempos ya me habían pasado muchas cosas fuertes en la vida y de todas me había repuesto, de todas me había podido levantar y seguir.
Nunca más lo ví a ese compañero de trabajo, pero si lo viera ahora le diría que el ave fénix parece que murió para siempre esta vez, no hay caso, no hay forma de renacer de las cenizas y volver a vivir, por lo menos a lo que todo el mundo le llama vida. Es decir, no sólo comer y dormir, sino tener sueños, proyectos, un amor, salir, pasear, divertirse, trabajar, cumplir con las obligaciones pero también tener una vida social. Yo he perdido todo eso, o lo que es peor, lo he dejado ir, creyendo que estaría mejor y en realidad, por un lado lo estoy porque sinceramente no tengo deseos de conversar con el tipo de gente con la cual conversaba hasta ahora, que sería la misma que podría seguir haciéndolo o gente parecida. Me refiero a gente mediocre, algo vulgar. en fin gente acomodada a la masa, gente burguesa, gente a quien sólo le interesa hablar de materialidades y racionalismos.
Yo siento que necesito encontrar gente con quien poder hablar de las cosas que me interesan de verdad en este tiempo de mi vida, ya postergué demasiado, por el bien del matrimonio y de la familia el tratar con gente mediocre y no salir de allí. Ahora quiero otro tipo de charlas, de temas, de posibilidades de volar y llegar al infinito en una conversación. Salirme de lo material, de lo estrecho, del aquí y ahora y recorrer otros mundos, otras formas de vida, otras formas de pensar y ser y analizarlas e intercambiar todo eso y todos los conocimientos que he ido adquiriendo a lo largo de la vida en cuanto a estos pensamientos, con otras personas que lo disfruten como yo.
Y cuando pienso y escribo todo esto no se me ocurre otra persona que yo haya conocido pero que hace muchísimos años que no veo y es alguien que de muy jovencito ya le interesaban estos temas y de alguna manera en el poco tiempo que salimos me introdujo en ellos, luego yo hice lo propio, lo que pude en medio de la mediocridad, lo que me salió. Pero imagino que él debe haber crecido de manera extraordinaria en este tema y pienso que si pudiéramos dejar de lado lo que pasó cuando me alejé de él, podríamos abstraernos en un hermosísimo diálogo, el cual tendría más de monólogo suyo porque estoy segura que ha crecido inconmensurablemente. Iba a estudiar filosofía y letras, imagino que lo hizo y que debe andar perdido, para mí, por quién sabe lugar del globo. Se llama Raúl Alberto Leyes y me gustaría encontrarlo aunque sea por mail o por facebook, encontré a alguien en fb con ese nombre sin foto, le dejé un mensaje y no me contestó, tengo la leve sospecha de que puede ser él que no tiene el mismo deseo que tengo yo de comunicarse conmigo. Y bueno, pasaron muchos años y yo no me porté bien con él, pero era una chiquilina de catorce años. Luego cuando me llamó a los dieciocho a la casa que vivía en Capital, me gustaría que sepa que yo no le corté el teléfono, que se cortó solo y que yo lamenté muchísimo eso, porque ya tenía curiosidad de volver a verlo... pero habrá creído que no quise hablarle y le corté y nunca más lo volvió a intentar.
Así es el destino o quien dirija en el fondo nuestras vidas, quién sabe cómo y en qué circunstancias se hubiese producido ese encuentro.
Como siempre yéndome de tema por completo, en definitiva que no puedo volver a renacer y que no creo que encuentre algún interlocutor válido ya para que me ayude a revivir-
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Siempre, siempre, se puede renacer.
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